¿Por qué el automovilismo no es un Deporte Olímpico?

En París 2024, más de 200 países competirán en 32 disciplinas deportivas. Sin embargo, el automovilismo no será una de ellas y este es el por qué.

Cortesía: Red Bull Content Pool.

Con la mirada en París 2024, la pregunta de los aficionados al deporte motor continúa surgiendo: ¿por qué el automovilismo no es un deporte olímpico? La exclusión del automovilismo de los Juegos Olímpicos no se debe a la falta de competencia o excelencia, sino a una combinación de factores relacionados con la práctica masiva, los costos y la naturaleza del deporte. Aunque la FIA ha hecho esfuerzos significativos para alinearse con los estándares olímpicos, la barrera principal sigue siendo la percepción de que el automovilismo es una competencia de máquinas más que de personas. Hasta que esta percepción cambie y se aborden los desafíos de práctica masiva y equidad de género, el automovilismo seguirá siendo uno de los deportes excluidos de las Olimpiadas.

Historia del Automovilismo en los Juegos Olímpicos

El automovilismo tuvo una breve y memorable presencia –no oficial- en los Juegos Olímpicos de París 1900, que se llevaron a cabo en paralelo con la Exposición Universal. Las competiciones se agruparon en dos bloques principales: pruebas de resistencia y carreras de velocidad.

El 1 de octubre de 1899, Alfred Levegh condujo un Mors en una carrera entre Burdeos y Biarritzque y también ganó la clase 'Coche Grande' de la carrera París-Toulouse-París, celebrada en 1900 como deporte olímpico no oficial. Cortesía: Collection Jules Beau.

  • Pruebas de Resistencia: Estas evaluaron vehículos de diferentes categorías en términos de rendimiento del motor, consumo de combustible, facilidad de conducción y confort. Las salidas se realizaron por una pista que bordeaba el lago Daumesnil en el bosque de Vincennes, con vehículos recorriendo unos 800 kilómetros a través de la ciudad y sus alrededores.

  • Carreras de Velocidad: La carrera más destacada fue la París-Toulouse-París, que se dividió en tres etapas con un recorrido total de 1448 kilómetros. Sólo dieciocho de los cincuenta y cinco vehículos participantes lograron llegar a la meta. El piloto francés Alfred Velghe ganó en la categoría de turismos con una velocidad media de más de 65 km/h, conduciendo un Mors de más de una tonelada equipado con neumáticos Michelin. Louis y Marcel Renault, fundadores de su empresa en 1899, ganaron la categoría de coches pequeños (menos de 400 kg) con un modelo que alcanzó una media de 36,4 km/h en el viaje de ida y más de 42 km/h en el de vuelta.

Louis Renault y el Type A Voiturette. Cortesía: Renault.

A pesar de estas pruebas históricas, el automovilismo no ha vuelto a ser parte de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, en 2012, la FIA fue reconocida como una Federación Deportiva Internacional por el COI, lo que marcó un avance significativo. Aunque el automovilismo aún no ha logrado una categoría olímpica, este reconocimiento es un indicio positivo de que el deporte podría estar en consideración para futuras ediciones de los Juegos. El entonces presidente del COI, Jacques Rogge, aclaró que aunque el automovilismo y los Juegos Olímpicos comparten valores de excelencia y competencia, la naturaleza del automovilismo, centrada en el equipamiento más que en los atletas, lo excluye del programa olímpico. Sin embargo, esta distinción es controvertida ya que muchos deportes olímpicos dependen en gran medida del equipamiento, como el ciclismo, el golf, el tenis y los deportes ecuestres. La tecnología en bicicletas, raquetas y trajes de baño juega un papel crucial en el desempeño de los atletas, similar a cómo los coches y motos influyen en el automovilismo.

¿Cuáles son los Requisitos para Ser un Deporte Olímpico?

Medalla Formula 1 Sprint Race. Cortesía: Red Bull Content Pool.

La Carta Olímpica, el documento principal del Comité Olímpico Internacional (COI), establece los requisitos que un deporte debe cumplir para ser incluido en los Juegos Olímpicos. Estos requisitos son:

  1. Respaldo por una Federación Internacional: El deporte debe estar regulado por una federación internacional reconocida.

  2. Practicado masivamente en el mundo: Debe ser practicado por hombres en al menos cuatro continentes y 75 países, y por mujeres en tres continentes y 40 países.

  3. Cumplir con criterios éticos, financieros e históricos: Debe adherirse a ciertos estándares éticos y financieros, y tener una historia significativa.

  4. Aprobación por el COI mediante votación: Finalmente, debe ser aprobado por el COI en una votación.

Al revisar estos puntos, parece que el automovilismo podría cumplir con casi todos los requisitos, excepto uno crucial: la práctica masiva. Aunque la Formula 1 y otras categorías de automovilismo son populares y se practican en todo el mundo, existen varios factores que impiden su inclusión en los Juegos Olímpicos:

El 14 de enero de 2006, la Antorcha Olímpica de los Juegos Olímpicos de Invierno en Torino, Italia, estuvo a bordo de un Ferrari F430 Spider conducido por Amedeo Felisa. Cortesía: Ferrari.

  1. Diversidad de categorías: El automovilismo incluye una gran variedad de categorías, lo que dificulta la estandarización necesaria para una competencia olímpica.

  2. Costo elevado: Es un deporte costoso, tanto en términos de equipos como de infraestructura.

  3. Desigualdad de participación de género: La participación de mujeres en el automovilismo es significativamente menor que la de hombres, lo que no cumple con los requisitos de práctica masiva establecidos por el COI.

Para los apasionados del automovilismo, la exclusión de este deporte de los Juegos Olímpicos puede parecer desalentadora. Sin embargo, no todo está perdido. La historia del automovilismo y su estrecha relación con los valores de excelencia y competencia de los Juegos Olímpicos nos brinda una razón para mantener la esperanza; además, el reconocimiento de la FIA por parte del COI en 2012 fue un paso importante. Y, aunque aún no hemos visto una categoría de automovilismo en los Juegos Olímpicos, este reconocimiento significa que el automovilismo está en la conversación, sin mencionar que su actual popularidad y la creación de la serie femenil F1 Academy, podría hacerlos reconsiderar este acuerdo. Las innovaciones continuas en seguridad y tecnología, así como los esfuerzos por aumentar la participación femenina, pueden eventualmente cerrar la brecha que separa al automovilismo del escenario olímpico; después de todo si hay algo que nos ha enseñado la historia del deporte es que las cosas –siempre– pueden cambiar y evolucionar.


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